A mitad de la estación seca, árboles escuálidos, laderas heladas y casi ningún sitio donde refugiarse, Mount Baker se encuentra repentinamente consumido por el caos de la mayor tormenta de nieve del año, liberando varios metros de nieve cada noche durante diez días. Las máquinas trabajan día y noche para mantener el orden, pero aún así las cunetas se llenas de coches maltratados víctimas de las placas de hielo. A medida que la nieve entierra incansablemente la montaña, y el calor y el color del sol se convierten en recuerdos lejanos, la gente de DPS llega para encontrarse un paraíso monocromático, arrasado por el manto blanco.
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